El nuevo Nintendo Switch 2 está a la vuelta de la esquina y, con él, una serie de decisiones que tienen a la comunidad dividida. Precio inicial de $450 USD. Juegos digitales entre $70 y $80 USD dependiendo de su “antigüedad”. Y por si fuera poco, la versión física suma $10 más. Todo esto por una consola cuya mayor “innovación” es que los Joy-Cons ahora pueden funcionar como mouse.
Pero esta no es la primera vez que Nintendo mete la pata. La historia está llena de ejemplos donde decisiones similares terminaron en tropiezos. El problema es que, a diferencia de antes, hoy Nintendo se siente intocable.
Para entender el presente hay que mirar al pasado. En 1983, la industria de los videojuegos en Estados Unidos colapsó. El llamado video game crash se produjo por una mezcla explosiva: saturación de consolas, una avalancha de juegos mediocres y pésimas decisiones comerciales.
Uno de los clavos del ataúd fue E.T. para Atari 2600, un juego desarrollado en cinco semanas que resultó tan malo que millones de copias terminaron enterradas en el desierto. Literalmente.
Nintendo, que estaba por lanzar el Famicom (luego NES), aprendió de ese caos y lo evitó imponiendo un sistema de licencias y control de calidad que se conoció como el “Nintendo Seal of Quality”. Durante un tiempo, funcionó.
Pero los errores volvieron. En 2011, lanzaron el Nintendo 3DS a $250 USD. El problema fue que no había juegos fuertes de salida, el efecto 3D no convencía y el público no entendía bien qué estaba comprando. Resultado: ventas bajas, mala prensa, y cinco meses después, una bajada de precio a $170 USD. Para calmar a los que ya habían comprado, lanzaron el Ambassador Program, regalando juegos clásicos como compensación.
La lección: ni siquiera Nintendo es invencible cuando se desconecta de su audiencia.
El Nintendo Switch original salió en 2017 por $299 USD. Ocho años después, el modelo nuevo costará $450. Eso es un 50% de aumento en precio base. Ahora sumemos los juegos:
¿Estamos pagando por calidad? Tal vez.
¿Estamos pagando por nostalgia? Definitivamente.
¿Es justificable con inflación? Veamos los números.
Históricamente, los juegos de consola han costado entre $50 y $60 USD desde la era del NES. Si ajustamos por inflación:
$50 en 1990 = $115 hoy
A simple vista, podría parecer que los $70-80 actuales están dentro de lo razonable. Pero ojo: los videojuegos no son casas ni coches. Son software. Y sus costos marginales de producción y distribución se han desplomado:
Ahora comparemos:
Producto | Precio promedio 1990 | Precio ajustado 2025 | Precio real 202525 |
---|---|---|---|
Videojuego | $50 | $115 | $80-90 |
Casa (EE.UU.) | $123,000 | $282,000 | $430,000+ |
S&P500 | ~330 puntos | ~770 | ~5,200 |
Los videojuegos han subido de precio, sí, pero no proporcionalmente a otras industrias, y eso había sido parte de su atractivo… Hasta ahora.
La gran diferencia es que casas y acciones son activos que se aprecian con el tiempo. Los videojuegos no. De hecho, hoy ni siquiera estás comprando el juego: estás comprando una licencia para usarlo. ¿Por cuánto tiempo? El tiempo que Nintendo quiera mantener activo el servidor.
Hoy están empezando a romper ese equilibrio, pero sin ofrecer el mismo salto en valor. El Switch 2 no parece ni revolucionario ni potente. Solo más caro.
Nintendo ya no tiene el famoso “Seal of Quality”. El eShop está lleno de juegos basura. Y aunque sus franquicias estrella siguen siendo joyas, muchas decisiones apuntan a que la empresa está abusando de la buena voluntad de su base de fans.
Mientras tanto, estudios independientes tienen que sacar juegos a bajo presupuesto para sobrevivir. Eso genera más basura, menos riesgo creativo, y más saturación. Es una versión moderna del problema de 1983.
No necesariamente como en los 80s, porque hoy la industria está más diversificada: PC, móviles, indies, modelos freemium, suscripciones. Pero una cosa está clara:
Si seguimos comprando sin cuestionar, la calidad baja y los precios suben.
Nintendo no va a cambiar si no se siente presionado. Como consumidores, tenemos poder. Y el poder más efectivo es el más simple:
🌟 Vota con tu cartera
No compres el Switch 2 solo por nostalgia. No pagues $80 USD por un juego de hace 8 años. No normalices precios ridículos. Hazlo solo si sientes que el valor lo justifica.
La historia ya ha demostrado que incluso Nintendo puede caer cuando deja de escuchar. Y si hay algo que debería enseñarnos la inflación, es que el dinero cuesta cada vez más ganarlo como para seguir gastándolo en promesas recicladas.
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